Hace ya tiempo que se puso en marcha el Sistema de Información Inmediata, el SII, que obligaba a las grandes empresas a remitir sus datos de facturación a la Agencia Tributaria en un plazo máximo de dos días. Las haciendas forales de Euskadi han ido un paso más allá y el sistema Batuz inicia sus pruebas y obligará a empresas y autónomos a enviar facturas a Hacienda en dos días, en este caso a la foral que corresponda a cada empresa.
Las empresas van a tener un amplio margen para adaptarse ya que no es obligatorio hasta 2022. Se ha retrasado un año. Se iba a implantar en 2021. Esto implica que se controla el total de la facturación prácticamente en tiempo real, lo que deja escaso margen para el fraude fiscal.
Los autónomos tienen una aplicación que les permite sacar hasta un máximo de 100 facturas por periodo fiscal. Si necesitan más tienen este año de margen para adaptar sus sistemas de facturación y poder remitir los datos como corresponde.
También existe un libro de registro de operaciones, en los que se declararán los ingresos, gastos y facturas de las personas y empresas que realizan actividades económicas, el modelo 140 para personas físicas y el 240 para personas jurídicas. Después será la Hacienda foral la encargada de remitir un borrador con la información de este libro para liquidar IVA y Sociedades o Renta.
Un control más exhaustivo que marca la pauta de lo que nos espera en los próximos años. No se sabe cuando llegará a todo el territorio nacional, pero llegará.
Esto es solo un anticipo de lo que nos espera en las próximas décadas. Con la deuda que se está generando en esta crisis y que de alguna manera habrá que pagar, la reducción del fraude y un mayor control tributario serán objetivos básicos de cualquier Gobierno.
Por ello, no podemos dejar de estar asesorados ni podemos dejar de formarnos. El futuro requiere adaptarse a los tiempos en cada momento y será vital conocimientos ofimáticos para los trámites telemáticos cada vez más extendidos.